Solo o acompañado, blanco o integral, más hecho o menos cocido; en fin, hay un tipo de pan para satisfacer cualquier gusto. El pan es uno de los alimentos más universales pero al mismo tiempo recaen sobre él gran número de leyendas y creencias erróneas.
En la actualidad, su consumo está relacionado de forma injustificada con una serie de aspectos negativos, en especial, cuando se trata de adelgazar, problemas de diabetes, estreñimiento, y colesterol.
Aclarar algunos de los mitos puede servir a muchos para retomar su consumo con la tranquilidad de que no es enemigo ni de la dieta ni de la salud.
El peso del pan en las dietas de adelgazamiento:
Todos los alimentos aportan calorías y el pan no es una excepción. Su valor energético, en torno a las 80 kcal por cada ración de 30 gramos, no muy excesivo, proviene en especial de su nutriente más abundante, los hidratos de carbono. Su contenido en proteínas es escaso y, menor aún, el de grasa. Sin embargo, pese a no aportar demasiadas calorías, es uno de los primeros alimentos en salir de los menús que tienen como objetivo adelgazar. Algo demasiado frecuente pero poco acertado. En esencia, las razones que podrían motivar este error atiende a los siguientes aspectos:
Es habitual comer este alimento de forma más despreocupada y menos consciente al empezar o finalizar una comida, como acompañante de langostinos, espaguetis o sopas. Aquí está el gran error. Se controla menos el consumo de pan que el del resto de alimentos. En ocasiones se retira la miga del mismo porque se piensa que es la parte que más calorías aporta, cuando es justo al contrario. La composición de la miga y de la corteza es la misma, con la diferencia de que la segunda contiene menos agua que la primera por la misma unidad de peso y, por tanto, concentra más calorías en la misma cantidad de gramos.
El pan, insustituible: La tabla de alimentación recomienda comer pan y otros alimentos obtenidos a partir de los cereales, en su versión integral siempre que se pueda, y no es por capricho. Además de la fibra, los cereales integrales y sus productos derivados contienen otras interesantes sustancias beneficiosas para la salud. Algunos expertos apuntan que refinar el trigo supone la pérdida de entre 200 y 300 sustancias de origen fitoquímico saludables para nuestro organismo.
Mejor si es integral: El pan integral aporta una cantidad de calorías muy similar al pan blanco. La diferencia fundamental de éste frente al pan blanco es su mayor aporte de fibra. Esta característica, en relación con la salud, lo hace idóneo para constituirse como la primera opción dentro de un estilo de alimentación integral y equilibrada.
La conclusión a la que han llegado diversos estudios, es que una dieta rica en pan, sobre todo integral, favorece una disminución de peso, de la circunferencia de cintura y del índice de masa corporal o, al menos, no tiene influencia en estas variables. Entonces antes que eliminar el pan de la dieta, conviene hacer un consumo consciente, con el fin de mantener unos hábitos alimentarios acordes con la tradición gastronómica y disfrutar con la comida.
Cortesia: Eroski